martes, 4 de noviembre de 2008

Vamos al Unión…

Lozina, Martín
Espinola, Carola
Ayala, María José
Espinola, Milciades



Sábado por la noche, llueve mucho, sin saber donde ir con amigos y buscando alternativas en la Posadas desierta por la lluvia, caminamos por las calles anegadas y descubrimos que el Unión estaba abierto, después de mucho tiempo.
El lugar parece diferente, las mesas y las sillas son de madera, la iluminación es mayor, la ubicación de las cosas ha cambiado. Todo es nuevo, hasta el piso ha sido modificado. La música estaba a bajo volumen (suena reggaeton), se puede conversar y se oye el murmullo de la gente. El servicio ha cambiado notoriamente, son relucientes los posavasos del Unión y sirven pochoclo, ¡toda una novedad!

Los clientes no son los habituales del lugar, quizás porque no saben que se reabrió el lugar. Majo una de las pocas concurrentes asiduas al lugar comentó: “me senté y la gente me pareció diferente a la que estaba habituada a ver acá”, también nos hizo notar que: “cuando me dirijo al baño, voy directo hacia donde anteriormente era el de damas, y me encuentro que han cambiado las ubicaciones, el baño esta nuevo, con colores pastel, ¡había papel higiénico y papel para secarse las manos!, las puertas tienen cerrojo, cosas que antes no existían”

Motivados por los cambios ocurridos en este local, uno de los últimos reductos alternativos de la noche posadeña, nos acercamos a hablar con el nuevo gerente Nicolás. El nos comenta que los cambios se han hecho porqué la Comisión Directiva de Club Unión, decidió no renovar la concesión al anterior gerente y ahora se comienza una nueva etapa del bar, con nueva gente al frente y unos cambios estéticos.
Hablando con uno de los chicos que trabaja en la barra nos explicó que los cambios apuntan a generar una nueva imagen y mejorar la calidad del servicio, y afirmó que: “cuando se tuvo remodelar esto fue una guerra contra las ratas y cucarachas”.
La idea de los que se han hecho cargo del Bar del Unión es la de mantener los servicios de venta de bebidas y comidas rápidas, pero esto último se está demorando un poco por las refacciones que le han tenido que hacer a la sección de la barra y la cocina, espacios que han sido ampliados y mejorados, para cumplimentar las normativas municipales referidas a salubridad. En cuanto al expendio de bebidas, ha ocurrido otra novedad, a cada rato se escucha “¡no tenés coca!” lo cuál se da por una cuestión de exclusividad que ha obtenido otra afamada marca de gaseosas. Pero los precios de las bebidas continúan tan económicos como históricamente fue en este lugar.
Esta por saberse cómo tomarán estos cambios los que hacían del Unión un bar de culto por la noche, un lugar alternativo, y discreto, donde si bien se concurría en forma masiva, mantenía su status de under. Y cómo lo tomarán los chicos de la secundaria, que todas las tardes se reunían a tomar unas gaseosas, y jugar al metegol, al cual también le ha llegado el auge de renovación, y lo han pintado a nuevo.

Las personas que se hicieron habitúes al Unión de antaño, eran personas que se apropiaban del lugar, hacían de él un lugar de encuentro entre pares; quienes lo tenían como un lugar fuera del círculo comercial de Posadas, utilizaban el espacio como un ambiente donde hacer las previas o post recitales o eventos culturales; o simplemente para juntarse con amigos a tomar algo y charlar.
La idea del nuevo emprendimiento es revalorizar la atención y a la vez mantener el espacio ganado en la gente, todo esto está enmarcado en una nueva idea de reflotar al Club, ya que además se han rehabilitado las canchas de básquet y de paddle; lo que resta por saber es cómo interactuarán las ideas de un lugar más limpio y visible y las ideas de un reducto del under posadeño.

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