jueves, 20 de noviembre de 2008

La mala costumbre de escribir

Mora Rodríguez Midón
Lara Schwieters

El camino del escritor
“Siempre escribí, incluso en el secundario. Me gustaba mucho leer, de hecho lo que más hago en la vida es leer”. Pero fue durante la época de De La Rúa que el escritor Jorge Lavalle (*) quebró y se separó. Fueron muchos cambios, todo a la vez… y entonces se encontró viajando y viajando, llenando sus cuadernos de historias.
“Cuando volví de Brasil quería hacer un posgrado, pero no estaba el que yo quería y podía bancar. Era una época en la que estaba deprimido, no tenía trabajo fijo, manejaba un remis y quería algo más en la vida. Un día fui a la UNaM, para averiguar en qué carrera me podía meter”. El objetivo era perfeccionarse como escritor, buscar herramientas que le permitieran producir mejor.
“En segundo año, en la materia de Comunicación I, la profesora Elena Maidana, nos pidió observar los barrios. A mí me toco Villa Sarita por sorteo. Empecé a investigar y me encontré con un señor muy especial, un viejo que fue el único que me contó que conoció a Sarita, me dijo: “yo la conocí a Sarita, buena muchacha”, el resto, el mito urbano me decía que era una prostituta. Y este hombre, Tomasito se llama, dice ”no, yo la conocía, vivía acá enfrente”.
La historia del barrio tomo forma de informe académico. Al año siguiente en otra materia vio la fórmula aristotélica del relato, la novela romántica. “Yo nunca había hecho una novela, siempre escribí cuentos cortos, poesía o algo así como ensayos”. Para ese entonces ya tenía dos libros de cuentos y poesías publicados artesanalmente. Con la fórmula volvió a Villa Sarita y se reúnió con Tomasito y comenzó a investigar. “Tomé esta situación, la situé en un tiempo, que era el que me contaba Tomasito de cuando el tenía 10 años, inventé los personajes pero todo en base a lo que me dio la investigación, por ahí hay datos que se dan por separado pero después yo los junté. Entonces con la formula aristotélica y la investigación armé la novela, sólo, sin mostrarle a nadie hasta el día que se publicó en junio del 2004”. Hoy Sarita va por la quinta edición.
Al año siguiente se animó un poco más y escribió otra novela, “Che Mitaí... mi niño Ernesto” sobre los primeros años de vida del Che Guevara. El éxito de su anterior novela le permitió realizar un acuerdo con el diario Primera Edición para difundir y distribuir su nueva obra.
A la historia de la infancia del Che le siguió la novela “Andresito y la Melchora”. Un año de investigación profunda, de viajes, lecturas y entrevistas le dieron a Lavalle la materia prima que daría vida a la figura del héroe regional Andrés Guacurarí.


Los mitos según Lavalle

“El ser humano siempre necesitó creer en cosas sobrenaturales -eso que trasciende la vida terrenal y tratar de darle explicaciones a lo inexplicable. En cada región hay mitos y leyendas típicos, en relación a la naturaleza y los animales y seres extraordinarios como el Pombero y el Yasí para nosotros”, dijo Lavalle en la presentación de su nuevo libro “Releyendo mitos” el jueves 6 de noviembre pasado. Está basado en los principales mitos y leyendas de Misiones e ilustrado por artistas locales.
“Yo lo que hice fue tomar estas leyendas clásicas pero le di un formato de narrativa que uso yo, en el que hago hablar a los personajes. Hay un narrador que cuenta la historia, que cuenta como termina, y yo lo que hago es tratar que mis personajes introduzcan otras voces, que la voz del relato no sea solo la del relator”, explicó.
Lavalle logró ubicar a todos los personajes de los mitos de la región en la cotidianeidad urbana. El Yasí yateré instalado en la plaza 9 de Julio puede sorprender a primera lectura, pero si pensamos que, de un tiempo a esta parte, Halloween dice presente en la ciudad, ¿que nos puede impedir ver al Yasí por la plaza?.
“Jorge viene malacostumbrándonos a una presentación de un libro por año. Pero esta vez fue un poco más allá del mito. Lo tomó y lo cargó de una ficción para poderle dar aquí el formato del cuento. Mas allá de eso en el final de cada uno de los cuentos hace el relato de la creencia que da origen a cada uno de los cuentos”, remarcó el licenciado Carlos Arancio, quien colaboró con la guía de actividades para los docentes. En esta publicación Lavalle dio un paso más y junto a su colaborador dejó en clara evidencia su vocación docente.


Imprimir con promesas

A la hora de pensar en editar el libro Jorge Lavalle tampoco encuentra impedimentos. Con perseverancia y de a pie recorrió los diferentes estamentos educativos, hasta dar con una respuesta del Ministro de Educación de la Provincia, Hugo Pasalacqua.
El escritor relata que cuando le explicó a Alberto Aguirre, el dueño de la imprenta Creativa, su intención de tramitar un subsidio el le dijo “bueno si te dan, bien y sino igual lo publicamos”. Y así fue que, pese a que hasta el momento no recibió el dinero prometido- los ejemplares se imprimieron, con promesas. “Es siempre un después te pago”, indicó, y con esta metodología, y sin dejar de saldar sus cuentas ya van por la séptima edición de “Sarita” y la cuarta de “Andresito” en el lapso de un año. La intención de gestionar a través del ministerio es para poder donar 100 ejemplares con guía de actividades a docentes y establecimientos educativos de la ciudad y del interior, ya que la mayoría de sus libros se usan como material de lectura en los colegios.
“Es muy fuerte la voluntad de Aguirre”, rescata Lavalle, “Yo de otra manera no hubiese podido mantener en librerías mis libros. Publicar para mí es un esfuerzo enorme, yo molesto bastante a todo el mundo, al ilustrador, al imprentero, a los medios, hay toda una movida a la hora de publicar. Siempre así para adelante, siempre con ganas de hacer las cosas, lo pulimos, nos sentamos, corregimos, lo llevamos… es un trabajo permanente que vamos haciendo hasta que llega un punto que te parece que esta terminado y bueno eso se imprime, pero todo lleva un trabajo bastante arduo hasta el trabajo final”.
Por su parte, el imprentero creativo relató: “Jorge es un caso particular. Me viene a ver como tantos otros escritores y me tira dos o tres frases como -Mirá yo quiero vivir de la literatura”. A lo que responde: -Bueno si vos querés vivir de la literatura está bien, me parece bárbaro. “Y así fue que vino con “Sarita” y lo imprimimos, pero resulta que al poco tiempo volvió. ¡A la pucha, que pasa?! Detrás de “Sarita” vino “Che mitaí” y después “Andresito y la Melchora””.
“La verdad es que estamos enfrente de un hacedor, un ejemplo de gente que dice -¿por qué no, qué me impide hacerlo?. Nosotros podemos hacerlo. Hay gente que dice no, la gente no lee y otras estupideces más, pero podemos.”, dijo.
“Creo que Jorge es un ejemplo de que se puede, y además reúne otras condiciones: hace el libro, barre, hace el café, prepara la notita, hace todo el circuito, hace la promoción. Nos invita en cada libro a creer que se puede, que nosotros podemos. Nos está diciendo que somos capaces”, finalizó.

(*) Jorge Luis Lavalle

Nació en Gobernador Virasoro, Corrientes en el año 1968, reside en Misiones desde su infancia. Es Ingeniero Agrónomo, estudiante de Comunicación Social y escritor de poesía, cuentos, artículos periodísticos, novelas y obras de teatro.Libros publicados: Historias de Posadas (cuentos), Extrañezas (poesía), Sarita, una historia posadeña (novela), 78 el otro mundial (cuentos) y Che mitaí (novela)Obras de teatro estrenadas: Almacén Villa Sarita, El lirio blanco, Las vueltas de la vida, En el medio.

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