domingo, 16 de noviembre de 2008

“No se olviden del Hotel de Turismo”



Patricia Serra
Martín Paez
Marcos Magaz

El pasado viernes 31 de octubre sucedió algo que tal vez los peatones posadeños –generalmente bastante ocupados con “lo nuestro”- no estamos acostumbrados a ver: una manifestación que –sin bombos ni platillos- se proponía abrazar simbólicamente al Hotel de Turismo. No eran más de 30 personas las que intentaban manifestarse en contra de la remodelación del Hotel del IPS (Instituto de Previsión Social). No se los veía animados, pero sí comprometidos con la causa.
“Salvar a nuestro Hotel”, decía una señora que intentaba convencer a quien pasase por ese lugar para que se sume a la protesta. Entre los manifestantes se encontraban varios estudiantes de la carrera de Arquitectura de la Universidad Católica de Santa Fe de nuestra ciudad, todos charlando y viendo de qué manera se podía convocar más gente para una próxima manifestación. No eran más que 15 alumnos pero se los veía realmente preocupados por el proyecto que está llevando adelante el gobierno de la ciudad y Casino Club S.A.
Pablo Sode, estudiante de arquitectura, nos comentaba que todo empezó “cuando vino un arquitecto de Buenos Aires, Sebastián Vila y nos motivó a todos cuando nos contó acerca de la obra, algo que nosotros no conocíamos, que era la importancia de la obra y la relación de la obra con el período arquitectónico que se llama racionalismo y él había hecho un trabajo hace algunos años sobre esta obra justamente, toda la producción de Soto Rivarola y entre ellas estaba el Hotel de Turismo; y nos comentaba que es una de las pocas que se conservan intactas, y justo vino a ver y recorrió Posadas y encontró que la fachada estaba totalmente cerrada, preguntó a todos qué era lo que estaba sucediendo con el edificio y nadie le supo responder, porque no había información sobre la obra. Entonces decidió averiguar, fue a la Municipalidad, fue a todos lados y no le dijeron nada. Ahí fue cunado llamó a la gente de arquitectura y dijo que por ser una Facultad tiene que empezar a tener una opinión pública, tiene que empezar a involucrarse, hacer valer los derechos de los edificios”.
A eso de las 18.30 hs, y viendo que ya no iría más gente a acompañarlos en la protesta, los organizadores de la manifestación -los mismos estudiantes- decidieron realizar el abrazo simbólico durante unos minutos, “Para ver si la gente se concientiza un poquito”, nos comentaba uno de ellos. El abrazo, que no duró más de 5 minutos, terminó con la misma cantidad de gente con la que empezó y sin ningún medio como testigo. “Nadie se interesa, nosotros queremos que los posadeños se den cuenta de lo que están haciendo acá” -nos comentaban Alejandro Guinter y José Kackut, estudiantes de la Facultad- “Da bronca porque el Hotel de Turismo es de todos, y porque es una joya arquitectónica. Nosotros como Facultad lo que queremos es mostrar al resto de los ciudadanos que acá lo que importa es la historia, porque la historia nos ayuda a conocernos a nosotros y a la misma ciudad”.
Luego del abrazo, nos dirigimos al Bar Español para seguir la charla con seis de los chicos –varios de ellos pertenecientes al Centro de Estudiantes- y el arquitecto Carlos Marcial. Una vez allí, les preguntamos por qué están tan interesados por esta causa y qué planes tienen para más adelante.
Sebastián Galarza, presidente del Centro de estudiantes, nos explicó que “además de ser estudiantes de arquitectura, hacer es parte de nuestro compromiso social, este edificio fue hecho por dos arquitectos reconocidos internacionalmente y forma parte del patrimonio cultural e histórico de esta ciudad. Esta obra es un claro manifiesto del desatino de poder e impunidad, de cómo se destruye una obra emblemática: sin planos, sin proyectos, sin que el común de la gente sepa qué se va a hacer, con un montón de irregularidades, no hay ni cartel de obra, no se sabe ni quien es el responsable de esto”.
Por otra parte, Pablo dio su versión de los hechos: “hay una cuestión de fondo que tendrían que sancionar una ley que es acerca de los casinos y para que esto no pase, el dueño de los casinos le dijo que le podía remodelar o reconstruir una obra importante a cambio de que no le aprueben esa ley (…) Al mismo tiempo que Casino Club tiene un contrato con la ciudad por el que debe invertir un porcentaje del dinero recaudado en obras de la ciudad”.
La charla se extendió por más de una hora. Los chicos nos contaron que tienen muchos planes para seguir luchando contra el proyecto: “ya que ir a la facultad no es sólo subir los escalones de una escalera sin mirar alrededor, sin ver el paisaje, lo que pasa en el entorno” –comentaba Emmanuel García, Vicepresidente- “Nuestro compromiso como Centro de Estudiantes y como estudiantes en general, es hacer que la gente piense, que no se calle, que reaccione ante estas cuestiones, que el compromiso no sea solo de palabra”.
Conmueve ver que algunos –aunque sean pocos- se preocupen por la historia y el patrimonio de una ciudad, y más si se trata de jóvenes. Jóvenes que, señalando la vejada estructura verde nos hacen dar cuenta –tal vez demasiado tarde- de algo: el Hotel de Turismo sigue siendo imponente, pero ahora esa imponencia es una estructura vacía rodeada de escombros. El abrazo es fuerte, reclama memoria, pero es aún insuficiente. Los posadeños no parecieran preocuparse mucho por preservar el Hotel, y esto no hace más que quitarle fuerza al abrazo ¿Lo debilitará?

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