martes, 4 de noviembre de 2008

Recorriendo museos

Vanesa Soledad Speranza

Pensando en la frase: “el pueblo que olvida su pasado, pierde sus raíces”, decidí efectuar una recorrida por los museos de la ciudad de Posadas y salí de caminata hacia el centro donde se encuentra el museo de bellas artes Juan Yaparí.
Al llegar a la puerta de entrada me dí cuenta que no estaba abierto al público durante todo el día como lo había creído, mire el reloj: marcaba las tres y media de la tarde, alcé la vista y pregunté: -buenas tardes señor, sabe a qué hora abre?; el hombre asistió con la cabeza y me dio a conocer con una seña que no entendía el idioma preguntándome, speak english?, yes, contesté.
No tardé en saber que se trataba de un turista italiano con un buen dominio del idioma ingles, el cual fue nuestra conexión e intercambiando palabras acordamos recorrer el museo que se encuentra a unas cuadra de allí, precisamente en la calle Rivadavia casi Bolívar.
Al llegar al lugar, la sorpresa y la vergüenza fue tal que pensé en mi acompañante turista, sólo le podía mostrar un edificio desolado, maltratado por el paso del tiempo, la falta total de mantenimiento y el poco reconocimiento de nuestra historia (no sólo por parte de los gobernantes sino también de la comunidad), sin un cuadro colgado para poder observar, seguramente, la humedad que brotaba por toda la pared no dejaría un tornillo aferrado a la misma y cuantos recuerdos imaginados llegaban a mi mente de aquellos años dorados de nuestro arte.

De cualquier modo pregunté a la joven que se encontraba como “guía” del lugar si nos podía contar algo de la historia de lo poco que quedaba del maltrecho edificio y con amabilidad respondió a las preguntas.
El museo “El Palacio del Mate” tal es su nombre, nació en 1950 con el aporte de los yerbateros de la zona e inaugurado en el año 1952 como único Museo Municipal hasta la llegada del gobierno militar que lo convirtió en oficinas. Con la restauración de la democracia en el año 1986 se recuperaron las instalaciones como museo con las constantes promesas de los intendentes, nunca cumplidas, de reparación de las salas que fueran utilizadas hasta 1990 por los estudiantes de la carrera de arte del instituto Montoya que solían exponer y reclamar por las mejoras.
El proyecto de este museo es hacer hincapié en la yerba mate, teniendo en cuenta que sus orígenes se remontan a la decisión de los productores yerbateros.
Dejando atrás este espacio, nos dirigimos con mi amigo circunstancial al museo histórico arqueológico Aníbal Cambas que se encuentra en el Parque Paraguayo.
Fuimos recibidos por una persona que ni si quiera era la encargada de guiar a los visitantes (puesto que la responsable sólo se encuentra en horario de la mañana), desconociendo y sin poder dar mayor detalle del origen de los elementos allí expuestos.
La poca información que pude rescatar del museo fue a raíz de la lectura que efectué de los carteles que se encontraban colgados en las salas.

Dicho museo lleva el nombre del escribano Aníbal Cambas, fundador de la “junta de estudios históricos de Misiones” en el año 1939, fue miembro y socio fundador de numerosas Asociaciones de bien público, deportivas y culturales, miembro correspondiente de la Asociación Argentina de estudios históricos, del Instituto Argentino de cultura histórica, de la Asociación Folklórica Argentina, de la Agrupación Americanista de artes y letras “Inti Raymi” del Instituto San Martiniano.
Cambas ejerció la actividad docente y se dedicó con pasión a investigar la historia de nuestra región, visitó en el Paraguay los campamentos de los Guayaquis en compañía de Federico Mayntshusen, con quién inició la colección del museo a partir de 1942.
El co-fundador de la “Junta de Estudios Históricos de Misiones” fue Julio Cesar Sánchez Ratti. Director ad-honorem desde 1943 hasta su muerte en el año 1983, apasionado investigador de nuestros orígenes.
Como conclusión de mi recorrida por los museos de posadas, debo destacar que de los cinco edificios que existen en la ciudad, sólo dos (el Juan Yaparí y el Aníbal Cambas) se encuentran abiertos al público en horario comercial y uno en condiciones precarias, a todo esto debo agregar que los fines de semanas se encuentran cerrados cuando, por la cantidad de turistas y personas interesadas que frecuentan el lugar en esos días, estos deberían estar abiertos al público.
La voluntad de las personas que trabajan en dichos lugares, principalmente los del Palacio del Mate que cuentan con menos recursos, son los más interesados en la divulgación del problema para poder obtener la ayuda necesaria de la gente y de los gobernantes, en la refacción del establecimiento, teniendo así un lugar digno de integración para que la ciudadanía comprenda y reconozca lo importante que es la historia y el arte de nuestro lugar.

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