martes, 26 de agosto de 2008

Ayer y Hoy en “Caras y Caretas”



Al igual que la palabra y la escritura, la imagen puede ser vehículo emergente de tensiones hegemónicas y expresión de vivencias sociales. En la industria grafica de nuestro país esto fue reflejado a través del tiempo por la revista “Caras y caretas”, tanto en las tapas como en su contenido, aunque nosotros sólo trabajaremos con sus tapas.
Las tapas de una revista son “la cara visible”, la que vende el contenido (sea este el que sea), de allí la relevancia que le otorgamos al análisis de las mismas. Dichas tapas siempre han sido muy elaboradas con una fuerte carga simbólica, en ellas se representa una situación social, vinculada a la época de publicación; además, diversos historiadores plantean el carácter cíclico de nuestra historia, por eso, en la iconografía analizada, las imágenes cuentan lo que parece ser un mismo problema repetido en diferentes épocas.
El historiador de la cultura Roger Chartier considera que la imagen, en tanto representación, es el instrumento de un conocimiento mediato que hace ver un objeto ausente al sustituirlo por una “imagen” capaz de volverlo a la memoria y de “pintarlo” tal cual es. Mientras que algunas imágenes son materiales, sustituyendo el cuerpo ausente, por un objeto semejante o no, otras juegan con un registro diferente, el de la relación simbólica. La relación de representación, se ve entonces turbada por la debilidad de la imaginación que hace que se tome el señuelo por lo real, que considere los signos visibles como indicadores inequívocos de una realidad.


Impuestos



Año 1932

Año 2006

La tapa de 1932 titulada “El asalto” hace referencia a la presión impositiva ejercida por el estado, donde la víctima es el contribuyente. Este aparece empequeñecido, solo, en inferioridad de condiciones, ya que son 5 (cinco) las figuras encapuchadas que, revólver en mano, se yerguen como gigantes sobre él, exigiéndole que tribute para llenar las arcas fiscales que se representan con urnas funerarias. La disposición cromática muestra el predominio del color negro, el cual otorga anonimato a las figuras encapuchadas, creando un ambiente opresivo. Este ambiente es reforzado por el color rojo del fondo en el que presentan al contribuyente. La indefensión del contribuyente se refuerza con su vestimenta: raída, con parche, zapatos rotos, colores gastados (gris, blanco).
La tapa del 2006 titulada “La topadora impositiva” retoma la idea de presión expuesta en la de 1932, pero aquí es más notable la diferenciación de clases en función al nivel económico.
Los que aportan a la máquina fiscal son las PYMES y el individuo que representa al consumidor. Por otro lado, están los evasores que se benefician del sistema impositivo porque manejan el sistema contable, cosa que se visualiza en la serpiente que está dibujando el libro y el cuervo manejando los números representados por el ábaco. Ubicado en la parte superior (y sin mostrar la cara) aparece la mano que representa al estado, sujetando la balanza comercial.
La imagen está seccionada en dos partes desiguales: a la izquierda del espectador, los colores son oscuros, tormentosos como el clima representando precariedad, inestabilidad, en la que se encuentran dos figuras escasamente vestidas y descalzas, rodeadas de un terreno yermo. A la derecha, la imagen presenta dos figuras prominentes simbolizando la abundancia y el bienestar, dado por el ambiente soleado, reforzado por el verde de los pastos, el brillo de las ropas, los zapatos, y el camino por el que transitan. Esta situación es sostenida por la mano que representa al Estado. El cual, utiliza a un artista que sujeta una guitarra, como marioneta, que está iluminada por un rayo que surge de la parte superior y mantiene separadas las dos partes desiguales mencionadas.

Concluyendo


las portadas elegidas parecerían buscar intervenir en la política a partir de parodiar acciones unívocas de ciertos sectores. Ellas aparecen como expresiones de la cultura humorística de los grupos en pugna.
En estas representaciones entran en juego visiones de los políticos, poderes económicos y sectores desplazados o desprotegidos por el estado, ironizados a partir del papel que se les otorga en la formación de la realidad cotidiana.
Encontramos así en la caricatura modificaciones en la escala de la proporción humana, y fórmulas compositivas entre las que se encuentran la antítesis y la repetición eran los recursos empleados para producir estos efectos.

Autores:

Mariela Zissú
Eduardo Ramírez
Cristian Espinola
Carola Espinola
Lozina, Martín

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